Mariposa

Maravilla de la naturaleza.

Un bote en el Rio

Desafio al agua.

Un bejuco en la foresta

Creación natural.

Puente en el Rio Nieva

Entre dos riberas.

Puente en Milán

Arquitectura moderna.

domingo, 13 de abril de 2014

A. César Abraham Vallejo Mendoza, in memoriam.



76 años nos distancian del 15 de abril de 1938 de la desaparición física de César  A. Vallejo. Reconocido poeta universal nacido en la provincia andina de Santiago de Chuco - Perú. Yo supe de él  en la escuela, después en el colegio y años más tarde en la universidad  y así también mis compañeros de estudio y todos los investigadores sociales que estudian su vida y obras en relación a sus escritos. Sus ideas y sentimientos plasmado en las letras nos permite entrar en comunicación con  el mismo, descubrir y compartir  la realidad profunda de sus pensamientos, sus ideas poderosas y sus contradicciones internas de su propia identidad mestiza, pero sobre todo con esa presencia de humanidad que  nos llega a través del lenguaje escrito, que trasciende el tiempo y las fronteras, haciendonos sentir  sin duda alguna: Un amigo intimo, un paisano querido, un compatriota admirable.
César A. Vallejo (16 de marzo 1892 Santiago de chuco, 15 de  abril 1938  Paris) murió demasiado temprano, apenas superados los cuarenta y cinco años. Paradójicamente de paludismo,  una enfermedad de la pobreza, precisamente  en condiciones muy díficiles como inmigrante en París. Tuvo la oportunidad  de viajar a España y la URSS, a tiempo a nutrirse de la filosofia marxista; pudo sobrevivir sustentandose de sus escritos como colaborador de los diarios en Perú. ¿Porqué César Vallejo se orientó como un autentico intelectual de izquierda? En primer lugar:  porque conoció muy de cerca la desigualdad y la injusticia social, la discriminación racial del poder, abuso y prepotencia del dinero contra el indio en Perú y el hombre pobre en europa. En segundo lugar: porque no pudo callar y asumió la denuncia y lucha consecuente junto a otros intelectuales de su tiempo,  comprometidos con los movimientos sociales, en la busqueda de una justicia social y no sólo en el hombre de gobierno cuando dice: “Jamás, Señor Ministro de salud, fue la salud más mortal....(Los nueve monstruos); si no también un reclamo directo al creador del universo por el abandono al sufrimiento y al dolor sin nínguna culpa: “Dios mio, si tú hubieras sido hombre hoy supieras ser dios; pero tú, que estuviste siempre bien, no sientes nada de tu creación. Y el hombre sí te sufre: ¡el dios es él!”  (Los dados eternos)
Como imaginar a César Vallejo en esos tiempos en París, en una sociedad indiferente al dolor y al estranjero sin dinero, viviendo la pobreza y muriendo en cada instante y al mismo tiempo  convivir con el dolor ajeno, con el hombre indefenso, con el que le falta el pan y tiene hambre, con el exiliado. Es allí  donde la conciencia humana y social se convierte  en  un empeño político que reafirma sus vivencias en todas sus obras desde Los Heraldos Negros, Trilce, hasta   Poemas Humanos y España aparta de mi este caliz. Como también en Fabla salvaje, Paco yunque y tungsteno.
Una tarde escribió “Me morire en París con aguacero, / un día del cual tengo ya el recuerdo...” y así fué se quedo en París por la eternidad y  a vivir en nuestras memorias universales por siempre.
Eleuterio Ruiz Pèrez